Metas y Propósitos Saludables

Cómo plantear metas saludables y lograr tus objetivos

¿Tenés alguna meta que querés cumplir este año? Ya sea bajar de peso, comer más saludablemente o aprender algo nuevo, el éxito comienza con una correcta planificación. Si tus metas no están bien definidas, es más probable que terminen olvidadas o sin cumplir. En esta guía, te ayudamos a plantear metas claras y alcanzables que te acerquen a lo que soñás.

¿Cómo plantear una meta saludable?

Una meta bien planteada tiene tres características esenciales: debe ser específica, medible y alcanzable. Veamos cómo aplicar estos principios para que tus metas sean claras y realizables.

1. La meta debe ser específica: el ¿qué?

El primer paso es definir exactamente qué querés lograr. Las metas ambiguas, como «bajar de peso» o «comer mejor», son difíciles de seguir. Preguntate:

  • ¿Qué quiero lograr?
  • ¿Por qué es importante para mí?
  • ¿Qué beneficios obtendré al lograrlo?

Ejemplo:
En lugar de decir «Quiero comer más saludable«, definí: «Voy a incluir una porción de vegetales en cada almuerzo».

2. La meta debe ser medible: el ¿cuánto?

Para saber si estás avanzando, tu meta debe incluir un indicador medible. Esto te permitirá evaluar tu progreso con el tiempo. Preguntate:

  • ¿Cuánta cantidad quiero lograr?
  • ¿Qué tan seguido lo voy a hacer?
  • ¿En cuánto tiempo espero cumplirlo?

Ejemplo:
Si tu meta es aumentar tu consumo de agua, podés decir: «Voy a tomar 8 vasos de agua al día, durante las próximas 4 semanas».

3. La meta debe ser alcanzable: el ¿cómo?

Una meta debe ser realista y dividirse en pequeños pasos alcanzables. Esto evita que te desmotives y te ayuda a avanzar poco a poco. Preguntate:

  • ¿Cómo lo voy a lograr?
  • ¿Qué actividades específicas necesito hacer?

Ejemplo:
«Voy a sustituir las gaseosas por agua durante los almuerzos, empezando una vez por semana, hasta lograrlo a diario».

Expresá tus metas de forma positiva

Las metas planteadas en positivo son más motivadoras y fáciles de seguir.

Por ejemplo:

  • En vez de «No comer postres», decí: «Incluir frutas como opción de postre tres veces por semana«.
  • En vez de «No tomar gaseosas», decí: «Sustituir gaseosas por agua al menos una vez por semana«.

Cómo crear un hábito saludable

Las metas son el inicio, pero el verdadero desafío es convertirlas en hábitos. Según los estudios, formar un hábito puede tardar entre 22 y 66 días, dependiendo de la constancia y la motivación.

 

Para facilitar este proceso:

  1. Hacelo simple: No intentes cambiar todo de una vez. Empezá con pequeños pasos que puedas manejar.
  2. Elegí lo que te guste: Incorporá alimentos o actividades que realmente disfrutés.
  3. Establecé un horario: Fijá un momento específico para trabajar en tu meta; esto facilita la repetición.
  4. Monitoreá tu progreso: Llevá un registro diario o semanal para mantener el control y motivarte.
  5. Hacelo visible: Escribí tu meta y ponela en un lugar visible, como la puerta de la heladera, para recordarla constantemente.

«Lo único imposible es aquello que no se intenta»

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